Novela: Mi Pequeña Obsesión (adaptada)


Mi pequeña obsesión:

SINOPSIS:

Creo que lo que mas me representan son las palabra SEXO, ALCOHOL & MUJERES

Creo que jamás pensaría a lo que me podrían llevar esas simples palabras, como sea no las quiero aburrir descúbranlo ustedes mismas en el Camino...

-Justin Bieber / 


CAPITULO 1



Pensamiento de Justin: 
Normalmente no me molesto en llegar temprano a la Universidad, pero dado el caso de que estoy a punto de repetir el semestre debido a las faltas, he decidido bendecirlos con mi presencia.
En otras universidades no tendría por qué preocuparme, solo haría falta que aprobara el examen, y nada más. Lo cual es más que sencillo tomando en cuenta que sencillamente tendría que coquetear un poco con alguna chica de la clase y así conseguir sus apuntes, estudiar un poco y sacar un limpio y merecido diez.
Cosa fácil teniendo en cuenta que mi coeficiente intelectual es más elevado que del promedio. Pero mi padre tenía que persuadirme, y hacerme entrar a esta estúpida Universidad de carácter formativo.
Debo llevar este estúpido uniforme y esta corbata boba, para que me dejen siquiera entrar al campus. Este lugar tiene tres grandes características horrendas:

a) El cupo de alumnos es extremadamente limitado, necesitas ser heredero de una sustancial fortuna, hijo de político o ser un genio becado para pagar la matrícula [yo soy ambas] Todos en el campus se conocen por lo menos los nombres, y no importa si la carrera es distinta. Debido a los pocos alumnos eso no es problema. Y es algo normal tomando en cuenta que en una Universidad pública hay alrededor de 10000 alumnos o más y en esta apenas somos 2257.

b) Todas las chicas son iguales, las típicas chicas tontas e interesadas que al parecer solo van a la Universidad para ver que pueden agarrar como material de marido o las aburridas que se la pasan en la biblioteca.

c) Las malditas restricciones y los estúpidos talleres que te obligan a cursar, solo para complicarte un poco más la existencia.


Pero supongo que puedo tolerarlo un poco. Lo único que no soporto es la rutina y las chicas plásticas y estúpidas de esta escuela. Los hombres también son unos idiotas en su mayoría, pero por lo menos tengo un par amigos en este infierno.
Podría decirse que somos buenos amigos por el simple hecho que los tres detestamos a nuestros padres y que odiamos la Universidad en la que estamos.
Ryan Butler es el hijo de un importante empresario que maneja nada más y nada menos que la industria textil más grande del mercado. Y Chaz Somers es el hijo de un diplomado y rígido ingeniero. Ambos poseen una gran fortuna.

Ryan: Pensé que ya se habían deshecho de ti JUSTIN—me saludó Ryan en el estacionamiento de la escuela. Él se estaba fumando un cigarrillo y jugaba con el encendedor al lado de su auto [BMW z 4] color negro.
Justin: Ya viste que no —le contesté y le quité el encendedor en una de las veces que lo lanzo hacia arriba. Entrecerró los ojos en mi motocicleta y luego me miró con la misma suspicacia.
Ryan: ¿Estrenando Ducati? —dijo sorprendido.
No es tan extraño que la gente estrene vehículo en esta Universidad, es como si cambiaran de calcetines. Pero en mí si era extraño. Me encogí de hombros.
Justin: Me confiscaron la Harley y la otra —le contesté enfurecido y él soltó una carcajada —Así que fui a comprar a esta preciosura.

Ryan: Vaya te encantaban esas motos. Pero era de esperarse algo así, ¿Cómo se te ocurre entrar a las áreas verdes con la Harley? Les has causado un gran dolor de cabeza a los jardineros.
Justin: Se me había hecho tarde como muchas de las otras veces —le contesté y saqué un cigarro de la caja que traía en la chaqueta. Lo encendí con su encendedor.
Ryan: Ahí viene Chaz —dijo él mientras yo aspiraba el agrio sabor de mi cigarrillo.
Me giré y si, ahí estaba él en su Hummer. Se bajó de ella con una sonrisa de autosuficiencia. Seguro tenía buenas historias de su fin de semana.
Chaz: Hey —nos saludó y se acercó a nosotros mientras iba encendiendo su propio cigarrillo — ¿Cómo están sucias? 
Justin: No tan sucias como tú —le respondí —Seguro tienes alguna aventura que te este revoloteando en la cabeza para el próximo fin de semana.

Chaz: Y estas en lo correcto pequeño saltamontes —dijo y me dio unas palmaditas en la cabeza como si fuese un niño pequeño. Lo tome el brazo y se lo torcí en una posición totalmente incomoda
Chaz: Quieres soltarme maldito! —se quejó.
Justin: No tengo la culpa de que tengas reflejos tan lentos —me burlé y lo solté.
Trató de darme un puñetazo pero no lo logro, yo me moví más rápido.
Chaz: Cuando menos lo esperes me vengare de ti, suripanta —me amenazó.
Ryan: Quieren dejar sus juegos para otro momento —pidió, mientras tiraba la colilla del cigarro y
la pisaba —Sabes que Justin te ganara de todos modos, Somers.
Chaz: Es un pandillero horrendo, tienes razón Ryan —dijo bromeando mientras imitaba la voz de una típica chica de la Universidad.
Ryan solo revoleo los ojos y lo dejó pasar.
Ryan: Es hora de entrar a clases —sentencio él.
Justin: ¿Ya pasó la primera hora? —pregunté sin esperanzas.
No había de otra, tenía que entrar. Normalmente me ausentaba a las primeras 2 horas y si deseaba ni siquiera asistía en todo el día.
Pero después del ultimátum del director por mis ausencias y la amenaza de mi padre de ponerme un tutor, obligarme a asistir a un curso de idiomas y hacerme trabajar con él durante las vacaciones, accedí amablemente.
Me aflojé la corbata y comencé a caminar hacia el edificio con los chicos a mis lados
Ryan: No, aun no —me respondió
Justin: ¿Alguna novedad? —dije mientras comenzábamos a caminar. Me habían suspendido por un mes por entrar a las áreas verdes con mi moto.
Chaz: Hay una chica nueva en la clase —dijo Chaz y yo revolé los ojos.
Justin: Más de lo mismo —dije.

Ryan: En realidad esta chica es… distinta —dijo mientras girábamos en el sendero hacia el edificio.
Justin: ¿Acaso tiene una verruga en la nariz? —pregunté irónico.
Chaz: ¿Bromeas? —Dijo —Esta sin problemas —aseguró. Yo alcé una ceja.
Justin: Tenemos un primer caído ante las chicas de esta escuela —le afirmé a Chaz.
Los tres hallábamos a las chicas de aquí poco interesantes y demasiado irritantes. Estábamos de acuerdo en que la única forma en la que las soportábamos era en posición horizontal. Exacto,
acostados en un colchón.
Ryan: Puedo decirte que Chaz tiene razón… es bonita.
Entramos al edificio y me detuve a unos pasos antes de la puerta. Los chicos se detuvieron delante
de mí.
Ryan: ¿Qué sucede? —preguntó.
Justin: Mi tormento personal está detrás de esa puerta —dije angustiado.
Ryan: ¿Qué? —preguntó desconcertado.
Chaz: Se refiere a Camille —le explicó —Él la sedujo, se acostó con ella y ahora la chica está obsesionada con regenerarlo y casarse con él.
Ryan: ¿Es la chica de la que nos hablaste la semana pasada? —dijo mirándome.
Justin: Si, ¿Tú como sabes quién es? —le pregunté a Chaz.

Podíamos hablar de nuestras experiencias sexuales, pero nunca mencionábamos los nombres de las susodichas. Eso no era de caballeros.
Aunque las chicas solían descubrirse solas al obsesionarse con nosotros convirtiéndolo en un juego
por si solo “haber si descubres quien fue esta semana”.
Aunque claro, el juego no duraba mucho, normalmente no pasaba del mediodía cuando ya deducíamos quien había sido la conquista de esa semana.

Ryan: Porque la chica desde la semana pasada no hace otra cosa que preguntarme por ti. No sé cómo no he terminado haciéndole una descortesía —dijo.
Los tres pensamos lo mismo ‘tratarla como la zorra que es’. Lo cual es muy peligroso estando en
esta escuela, ya que nuestros padres son tan ricos que conviene tener una buena relación con todos.
Nunca se sabe quién es hijo de un posible socio o quien en esta escuela es un posible futuro negocio o cliente.
Justin: ¿Crees que aun lo recuerde? —pregunté inocente.
Chaz: Tal vez si, tal vez no —dijo
Justin: ¿Y si lo recuerda? ¿Qué hago?
Chaz: No lo sé —me contestó él.

Justin: No me estás ayudando —le dije entrecerrando mis ojos para mirarlo mal.
Chaz: ¿Y cómo quieres que te ayude? Tú solito te lo buscaste…
Justin: Y te haces llamar mi amigo—dije.
Ryan: Ya, ya —nos calmó Ryan —Solo hay una manera de poder saberlo —respondió y abrió la puerta.

Ya todos estaban dentro del salón, hasta la profesora estaba ahí. Una vez más habíamos llegado
tarde. Entramos y sin decir nada nos sentamos en nuestros respectivos lugares, al fondo de la clase.

Pude sentir la mirada de Camille sobre mí y me juré a mi mismo nunca más volver a hacerlo con una chica de la misma clase...
Bueno no, en realidad nunca sigo mis propias imposiciones. Soy egoísta y solo pienso en el momento.
Si ellas quieren ilusionarse con que su amor me hará abandonar el cigarrillo, la bebida, las
mujeres y que harán de mí un hombre responsable y de bien, yo no soy quien para desengañarlas.
Especialmente cuando este pensamiento las conduce más rápidamente a mi cama.

Tu: Lo siento, he llegado tarde —dijo disculpándose con la profesora una chica de tez blanca.
Debía ser la chica nueva de la que hablaban Ryan y Chaz. Es bella, bonita. Tiene cara de niña pequeña, pero lo dejé pasar.
Ella tarde o temprano hallaría la forma de abordarme.
Las chicas con sus características normalmente son las que más sueñan con hallar a su sapo [yo] Y
convertirlo en príncipe [yo en los eventos sociales de mi padre]
Maestra: A ver si aprenden ustedes tres de esta chica —nos reprendió la profesora de estadística
descriptiva.
Ni en mis peores pesadillas me imaginé que derecho sería tan aburrido, pero todo sea por quedarme con el dinero de mi padre. Todo sea por hacer lo que él me pide y que no le haga daño a ella…
Justin: No entiendo porque —me hice el inocente —¿Acaso no llegamos nosotros antes que ella?
Toda la clase me volteo a verme, que me encontraba en el último banco de la fila del medio.
Maestra: Usted sabe a qué me refiero Bieber, ¿Qué es eso de llegar y no disculparse por su retraso? Eso es una descortesía —me dijo.
Torcí el gesto y me levante ‘Estúpida universidad formativa’.
Maestra: ¡Fuera de mi clase Bieber! —me gritó exasperada.
Justin: Ves, no querías que lo supieran —le dije.
Maestra: ¡Que salgas de mi clase! —me dijo enojada.
Justin: Bien, ya me voy —le dije.
Fui por mis libros y mis cosas. Miré a toda la clase y seguían mirándome sin poder creerlo.
Volví mi vista a la nueva, ella tenía su atención en otra cosa. Al parecer mi forma decomportarme no la había sorprendió. Solo la estaba fastidiando.
Maestra: Apúrate Bieber—me exigió la profesora.
justin: Ya, ya voy!! —dije exasperado.
Caminé entre los bancos y me acerqué a la nueva. Ella levantó su vista y me miró. Frunció el ceño y le sonreí levemente.
Me incliné un poco y la besé en los labios. Sus ojos estaban bien abiertos al igual que los míos.
Se quedó quieta sin hacer nada.
Escuché los murmullos de mis compañeros y a lo lejos la risa de Ryan. Mordí un poco su labio
inferior y luego rocé un poco mi lengua cuando ella abrió los labios un poco más.
Maestra: ¡¿Qué estás haciendo Bieber?! —me gritó la profesora.
Justin: Bienvenida chica nueva—le dije





CAPITULO 2



Después de que la maestra me mandara a dirección , el director me sermoneo no sé ni de que me hablaba me perdí cuando él me dijo Justin Bieber ya tan pronto en dirección… después de eso ni me pregunten qué me dijo porque no tengo ni la menor idea me fui completamente en mis pensamientos, recordando ese beso.
Ambos se acercaron a donde yo estaba sentado. Los miré y les hice un gesto para que se sentaran.
Chaz: La hiciste buena esta vez —me acusó, con una sonrisa mientras me daba una palmada en la espalda y se sentaba a un lado de mí en la mesa.
Estábamos en la cafetería de la Universidad.
Justin: Nunca me enorgullezco de mis impulsos —le contesté encogiéndome de hombros.
Ryan: Volviste a caer en la dirección y todavía no son las 10 de la mañana —sentenció Butler.
Justin: Así es —contesté.
— ¿Y cómo te fue? —preguntó Chaz.
—Creo que el rector y la secretaria están tomándome afecto. Me invitaron un café, unos bocadillos y el rector se fumó un cigarrillo conmigo mientras me decía la importancia de causar una buena impresión en esta Universidad, debido a las altas personalidades que aquí se encuentran —rieron con ganas.
—Ya no hayan como llegarte —dijo Ryan en una carcajada.
— ¿Llamaron a tu padre? —preguntó Chaz. Me encogí de hombros.
—No —contesté secamente —El director prefiere tratar esto directamente conmigo… creo que mi padre ya le pidió que no le hablara cada 5 minutos por mis estupideces. De todos modos él no se encuentra en el país.
—Viaje de negocios —dijeron mis amigos al unísono.
—Fiesta —sentencié con seguridad.
—Me agrada como trabaja tu mente —dijo dándome una palmadita en la espalda Chaz.
—Mira quien viene ahí —dijo Ryan con desenfado y un poco divertido —Parece estar enojada.
— ‘Ay no Camille, no por favor’ pensé.
No estoy de humor para ser simpático, y mucho menos con ella. Me volteé con temor y sonreí al ver que era la nueva y echaba chispas por los ojos. Me puse de pie.
—Lo siento —me disculpé cuando estuvo cerca y paró en seco su brusco andar.
Estuvo bueno ese beso y no me arrepiento de habérselo dado, pero no estuvo bien besarla sin su permiso.
— ¿Te arrepientes? —me preguntó haciendo un esfuerzo por controlarse.
—No —fui sincero y recibí un puñetazo en la cara de su parte. Esto era extraño, normalmente las chicas dan cachetadas. Me sobe — ¿Y eso porque fue? —pregunté haciéndome el inocente.
— ¡Por besarme sin antes preguntarme! —me dijo y giró sobre sí misma para volver a irse.
Yo la tome del brazo y la jalé hacia mí.
— ¿Te puedo besar? —le pregunté.
— ¡No! —me dijo y jaló su brazo para poder irse.
Entonces la tomé por la cintura y la sujeté con firmeza. La volví a besar mientras forcejeaba conmigo para soltarse. Y la besé de la misma manera que antes, pero esta vez fui más rudo. Todavía me ardía la quijada por su culpa. Hasta que se quedó quieta y dejó caer sus brazos a los costados. Sus ojos miraban fijamente los míos, mientras mi boca seguía sobre la de ella. Me aleje despacio y le tapé la boca con mi mano derecha antes de que me gritara.
—Dijiste que te enojaste porque no te pregunté —me justifiqué con una sonrisa de autosuficiencia —Nunca dijiste que no podía besarte si te negabas.
Los chicos rieron detrás de mí y a ella por un momento se le hicieron agua los ojos. Luego los apretó y volvió a tener esa mirada de decisión que le pude ver hace unos momentos.
Vi a donde se dirigían sus ojos y me imaginé lo que estaba maquinando en su mente como contra ataque. La giré para que me diera la espalda, apoyando su espalda sobre mi pecho, para mantener la parte más sensible de mi cuerpo lejos de sus rodillas, pero bastante cerca de su trasero. Sonreí pervertida mente.
—Ahora discúlpame por mi atrevimiento —negó con la cabeza —Me temo que debo insistir. Por favor siéntate con nosotros —volvió a negar con la cabeza —Esta bien, supongo que quieres conservar algo de tu orgullo e irte de aquí —ella asintió —Y si te dejo golpearme… ¿Te quedarías? —le pregunté casi rogando.
Ella no respondió de inmediato seguramente lo estaba considerando. Debía estar pensando en el
placer de propinarme otro puñetazo, mientras a mí me consumían las ansias por conocer su nombre y platicar con ella. Ella asintió, lentamente, con la cabeza.
—Está bien, te soltaré poco a poco —dije y solté el agarre que ejercía mi mano izquierda en
su cintura. 
Mientras quitaba mi mano derecha de sus labios, giro rápidamente y me dio otro
puñetazo en el mismo lugar que antes —Auch.
Me sobé más de lo que realmente hubiera deseado para complacerla. Seguramente ella deseaba que su golpe me hubiera roto la quijada o haberme roto la nariz. Y seguramente a ella le duele la mano como mil demonios.
—Por fin una chica se atreve a darte tu merecido —dijo Chaz y la felicitó —Eres mi nueva
mejor amiga —aseguró.
—Seguro —me limité a decir mientras sacaba una silla para que ella se sentara. Cuando así lo
hizo me senté a su lado —Debo admitir que pegas duro —le dije y me sobé de nuevo.
Ryan me miró con suspicacia al igual que Chaz, ellos sabían que yo estaba siendo condescendiente
con ella. Habiendo sido parte del equipo de lucha en la secundaria puedo soportar mucho más que el golpe de una niña.
—Bueno, te lo merecías —respondió ella —Tu novia está mirando hacia acá.
— ¿Qué? —dije por lo bajo.
—Cree que te estoy seduciendo —los chicos trataron de ahogar una carcajada ante su comentario.
—Ella no es mi novia —le aseguré.
—Se lo deberías de informar, al parecer ella no lo tiene del todo claro
—Bueno, supongo que tendré que hablar con ella —dije y volví a concentrarme en ella. Sin
discreción miré sus piernas. Acomodó su garganta. Volví mi mirada a su rostro —Dime ¿Cómo te llamas?
—______ —respondió.
—Completo —le dije. Revoleó los ojos.
—_____ Anne Lewis —dijo en su suspiro —¿Y tú?
—Justin Bieber.
—Un nombre LARGO —dijo ella y Chaz ahogó una carcajada.
Seguramente estaba pensando en algún doble sentido para su comentario.
—Mi nombre es Ryan Butler, es un gusto conocerte _____ —se presentó Ryan
—Igualmente
 —respondió ella con una sonrisa.
—Yo me llamo Chaz Somers —se presentó el.
—Mucho gusto Chaz —dijo ella.
—Dime _____, ¿Qué fue lo que te hizo Camille? —preguntó Ryan.
Fue entonces que le presté más atención y volteé a ver a Camille con mayor detenimiento. Estaba
hecha un desastre. Tenía los ojos llorosos, los cabellos revueltos. Un rasguño, si no me equivoco,
en la cara. ______ se encogió de hombros.

—En realidad, creo que fui yo quien le hizo algo a ella —dijo mientras se iba apagando su voz.
Claramente estaba avergonzada de lo que hizo —Pero todo fue por su culpa —me apuntó a mí con
resentimiento —Yo normalmente no hago uso de mis fuerzas de esa manera —dijo con orgullo de sí misma. Me hizo reír por dentro.
— ¿Por qué dices que todo fue por mi culpa? —pregunté.
Se volteó a verme con la mirada fría y venenosa.
—Porque me besaste —dijo con odio.
—No veo donde esta lo malo —me hice el desentendido.
— ¡Se supone que tú y ella son novios! —Dijo indignada —O por lo menos eso es lo que ella ha contado durante toda la semana a todas las mujeres de la escuela para que no se te acerquen más.
¡Y bienes y me besas! En verdad yo no quería problemas y vengo y me topo contigo. Sabía que me
darías dolores de cabeza apenas te vi —dijo con resentimiento.
—Es su problema, yo en ningún momento le pedí que fuese mi novia —le contesté al instante.
—Yo no sé, ni me interesa que clase de relación sostienes con esa loca. Pero por favor mantenla
alejada de mí. No sé porque, pero solo ver su rostro me exaspera. Es una rubia teñida que al
parecer la pintura le ha quemado las pocas neuronas que seguramente le quedaban —los tres reímos
—Ya le tuve que dar una lección por amenazarme con sus estupideces no quiero tener q…
— ¿Qué clase de lección le diste? —preguntó Ryan demasiado interesado en la plática al igual que Chaz.
La tal ____ se volvió a encoger de hombros.
—Nada digno de contarse —dijo poniéndose nerviosa —Ni de repetirse…
—Ella te mira con demasiado odio —dijo Chaz mientras veía a Camille al otro lado de la
cafetería con sus amigas, las cuales no quitaban la vista de nosotros ni por un minuto. ______ se
encogió más.
—Yo también odiaría a la chica que me hiciera lo que yo le hice a ella —su voz era apenas
audible debido a la vergüenza que sentía de sus acciones.
— ¿Le pegaste? —pregunté sin poder creerlo y ahí supe porque Camille estaba así.
—Podría decirse que… si —dijo asintiendo levemente con la cabeza.
—Creo que estoy enamorado —dijo Chaz mientras tocaba su corazón y miraba a ______ fijamente.
—La futura madre de mis hijos —aseguró Ryan mientras hacia un ademán de grandiosidad hacia
_____, como si estuviese mostrando un producto en televisión.
_______ Término poniéndose completamente roja ante las afirmaciones de mis amigos, yo me limité a patearlos por debajo de la mesa. Ellos apenas hicieron un gesto y recobraron la compostura
rápidamente.
—Lastima —soltó Ryan apenas audible.
Mi celular comenzó a vibrar, lo abrí por debajo de la mesa y leí lo que decía mientras Ryan entretenía a _____ y Chaz me miraba fijamente.
¡No la mereces! Déjamela a mí —pidió Chaz.
Al instante le devolví el mensaje.
Ya la bese, es mía. ¡Mantente alejado! —respondí.
Cuando lo vi leer el mensaje gruñí suavemente, pero suficientemente alto como para que él me
escuchara.
—_____ ¿Quieres casarte conmigo cuando terminemos la Universidad? —alcancé a oír cuando
Ryan le susurraba al oído.
Yo la tomé por la cintura y la acerqué más a mí. Pronto me arrepentí de esto, pues ella me dio
un codazo que casi me saca el aire por completo.
— ¡Quieren dejar de acosar a ______ por favor! —les pedí a mis amigos, respirando agitado por
el golpe de ella. Me miraron con ojos venenosos, incluida ella.
Tal vez no fue la correcta forma de expresarlo, cuando fui yo quien la besó dos veces sin su
permiso.
—Hipócrita —me acusó ella.
—No lo podría haber expresado mejor —aseguró Ryan y Chaz asintió a manera de
aprobación.
—Hora de volver —dijo Chaz y se levantó.
Ella miró el reloj en su muñeca.
—Es cierto —dijo ella y se puso de pie —Fue un gusto conocerlos Ryan, Chaz y… Bieber
—dijo mi nombre con resentimiento.
Yo me reí en mi fuero interno por su clara indignación para conmigo. Una chica normal estaría
volviéndose loca por que la besé y se lo estaría platicando con cada detalle a sus conocidas.
Pero ella estaba molesta. Eso me gustaba.
—Igualmente ______ —le dijo Chaz.
—Cualquier cosa que necesites… estamos por aquí —le dijo Ryan
—Muchas gracias —les dijo ella y comenzó a caminar.
Los tres miramos como se alejaba.
—Te lo dije, ella no es más de lo mismo —dijo Chaz —Bieber, ya tienes a Camille y a todas.
Déjanos a nosotros a esta chica.
—Chaz tiene razón… no la mereces —me dijo Ryan
—Además de que simplemente te detesta…
—Ya no tienes oportunidad…
— ¿Vas a ser un buen amigo y nos la vas a dejar? —preguntó Chaz.
Mi mirada aun estaba perdida en la dirección en la que ella se había ido. Había algo muy
interesante en aquella hermosura.
Y no era solo su particular belleza. Era su carácter… una chica con ese carácter no es muy
fácil de que encontrar.
— ¿Qué piensas? —Me dijo Ryan
—Que ni loco —le dije sin dejar de mirar en la dirección a donde ella se había ido —Ya se los dije, es mía.
***
— ¡Hola profesora! —la saludé de forma entusiasta.
Después del almuerzo me tocaba ir al taller de danza a ayudar a la profesora con mis compañeras.
— ¡Al fin te dignas a aparecerte por aquí, muchachito! —me reprendió.
—No es mi culpa que me hayan dado vacaciones en medio del semestre —le dije con una sonrisa inocente.
—Ya no busques más problemas, hijo —me dijo maternalmente — ¿Cómo se te ocurre andar con esa máquina infernal por los jardines? —me preguntó.
—Solo me divertía un poco —me justifiqué y cambié de tema antes de que siguiera con un discurso acerca de sus tiempos — ¿Qué es lo que está enseñando esta vez, Marine?
— ¡Vals! —dijo con emoción. Yo torcí el gesto.
— ¿Qué tal un poco de tango? —le pedí.
— ¡No! —Me gritó —No te dejare seducir a mis alumnas en medio de mi clase.
—Igual con el vals, se vuelven locas —le aseguré bromeando.
—Creo que aquí el problema eres tú, y no el baile —aseguró.
—Soy irresistible —dije pegado de mi mismo y bromeando con ella.
Interrumpieron todas las chicas y chicos en sus calzas o shorts cómodos para bailar. Cuando entraron… entonces la vi entrar al salón en un short cortito y una blusa apegada a su cuerpo. Sonreí al verla al fondo de la clase siendo intimidada por sus compañeras. Seguro todas ellas estaban resentidas con ella por haberse sentado con los chicos y conmigo en el descanso. Decidí ser amable, si las tontas de esta Universidad no querían ser sus amigas por mi culpa, yo sería su amigo.
—Lo que me faltaba —dijo al verme.
—No seas antipática, ya me conoces. Además te mueres por mí —le dije. Rió irónicamente.
—Claro —dijo asintiendo.
—Bueno, bueno —habló Marine la profesora de esta clase —Comencemos con la clase. Justin me ayudara como siempre.
Mostró los pasos y yo la ayudé, ya que esto no era nada complicado para mí. Marine estaba haciéndoles unas indicaciones a una pareja y ahí aproveché.
— ¿Me permites? —le pedí a Josh y él me dio la mano de _______ —Lo haces todo, pero todo mal —la reprendí —No estás escuchando la música.
—Discúlpame, si las miradas de odio me distraen —me soltó de repente.
—No es mi culpa que te afecten tanto, algunas chicas resentidas —le dije mientras la hacía girar y la traía de nuevo a mí —Tendrías que acostumbrarte —le aseguré —Planeo seguir… hablándote —le dije con una sonrisa y dimos unos giros por la pista.
—No tengo por qué responderte —me contestó y la hice girar sobre sí misma. Perdió el equilibrio por un momento y la sujeté por la cintura. La coloqué más cerca de mí. Quitó mi mano, apenas recobró el balance —Haces cualquier cosa por tocarme.
—No es mi culpa que tú me des el pretexto —dije inocente.
—Narcisista —me acusó y yo sonreí.
¿Qué chica conocía esa palabra? Esta era una chica inteligente y vivaz.
—_____ estamos bailando —dije cansado de sus acusaciones —Es obvio que tengo que tocarte —hizo una mueca y volvió a poner su mano sobre mi hombro y la otra en mi mano.
—Bailas bien —dijo después de un rato de silencio en el que yo la miraba fijamente a los ojos y ella trataba de evitar mi mirada.
—Y tú estás mejorando —aseguré sonriente —Soy un buen profesor —dije orgulloso de mí mismo.
— ¿Dónde aprendiste a bailar? —me preguntó.
Mis pasos fueron sin ritmo por unos segundos, justo el tiempo en el que el recuerdo vino a mí. Pero pronto recobré la compostura y sonreí sin ganas.
—Mi madre me hizo ir a clases de ballet cuando era niño —dije orgulloso de aquella etapa de mi vida.
—Vaya —dijo sorprendida —Habitualmente inscriben a los niños en clases de karate o en cosas de peleas y todo eso.
—Bueno —respondí pensándolo un poco —Ya ves que no se puede generalizar nunca, te podrías sorprender.
—Vaya, tu madre debe amar mucho el baile —aseguró.
—Si a ella le gustaba mucho la música y bailar —sonreí levemente —Ella siempre bailaba.
— ¿Le gustaba? ¿Ya no? —preguntó.
La mire fijo, pensando un poco en eso. Hacía bastante que nadie me hacía recordar eso.
—Muy bien chicos, eso es todo por hoy nos vemos el miércoles.
—Tengo práctica jurídica ¿y tú? —le pregunté para evitar contestar su pregunta.
Al parecer ella le tomó poca importancia y lo dejó pasar.
—Yo también —me respondió.
—Perfecto, te espero afuera del vestidor de chicas —afirmé y me fui a cambiar.
Cuando llegué al vestidor ella aun no salía, así que me recargué en la pared, frente a la puerta, y me puse cómodo para esperarla. Encendí un cigarrillo y comencé a jugar con el encendedor de Ryan. De pronto empecé a oír muchos gritos y tumultos dentro del vestidor.

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2 comentarios:

  1. olaaa queria saber si vais a seguir con esta novela?

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    1. hola :D claro que si pero como entramos a la U nos ha tocado un poco dificil pero claro que si :D

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